La Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, tiempo especial de gracia, tiempo de reencuentro con Dios, tiempo de crecimiento interior, tiempo para cultivar nuestro espíritu, tiempo de encuentro con nosotros mismos, tiempo de liberación interior y exterior, tiempo de autodominio, tiempo de silencio y oración, tiempo para ayunar y tiempo para vivir más intensamente la caridad hacia los demás.