La lectura de la Biblia es alimento del alma, nos acerca a Dios, nos ayuda a conocer a Jesús, a descubrir quienes somos, a emprender un camino de plenitud de vida. No se trata de aprender una serie de contenidos, sino de amar el LIBRO que nos habla del misterio de Dios y de los secretos que se esconden en la existencia humana y en su destino definitivo. La Sagrada Escritura recogen las Palabras de Vida que Dios ha ido inspirando a lo largo de los siglos para que lleguen hasta nosotros. Amar la Biblia es amar a Dios, la vida, la Humanidad toda, pues para ella se ha escrito la Biblia.