Homilía del Domingo 7 de julio. La fe es el regalo por el cual nos ponemos en contacto con el poder de Dios. La falta de fe limita la acción de Dios en nuestras vidas. En cambio, una fe intensa intensifica la fuerza de Dios en nosotros. El secreto de una fe auténtica está en vivirla desde el corazón, no desde la mente. Siempre nos parecerá que nos falta fe. También los Apóstoles veían que les faltaba fe y por eso decían a Jesús: Señor, auméntanos la fe. Pidámosla nosotros y nuestra fe irá aumentando día tras día.