Homilía del 4º Domingo de Cuaresma:
El tiempo de cuaresma es un buen momento para reconducir nuestra vida hacia Dios, para volver a “casa”, con nuestro Padre. Es un tiempo de gracia para recordar lo bien que nos sentimos cuando vivimos cerca de Dios, cerca de su mirada amorosa, cerca de su abrazo de misericordia y perdón. Él siempre está deseando que volvamos a Él cuando nos hemos alejado. Él está esperándonos siempre con amor.